Me despierto a las 5 para cuidar mi huerto en Facebook antes de ir a trabajar.
Esta frase llegó a lo más profundo de mi cerebro y tuve que interrumpir mi lectura durante unos segundos. Después de unos días de reflexión, he de decir que el artículo en cuestión me ha hecho reflexionar sobre mi relación con las redes sociales, con el correo electrónico, con el iPhone, etc. De hecho, escribir “relación” para describir el uso del teléfono móvil ya me parece revelador de lo que nos está pasando a muchos.
Sin llegar a los extremos de la persona que relataba en primera persona su adicción a las redes sociales, creo que muchos nos estamos convirtiendo, en mayor o menor medida, en adictos y, en consecuencia, creo que el mayor problema lo tenemos en los jóvenes y adolescentes a quienes hay que educar en un uso responsable de la tecnología: desde hacerles conscientes de los peligros para que sean celosos de su privacidad, hasta lograr que dediquen un espacio de tiempo saludable, que les permita realizar otras actividades. Nada más y nada menos que un reto apasionante. ¿Lo conseguiremos?